Salud y tranquilidad

Siempre vengo quejándome de la pereza que me da, de lo cansada que estoy, de que si puedo pasar sin esto, pero es que estoy enganchada desde el primer día, de ese ambiente místico, del aroma a incienso, de la penumbra del aula, de la música yógica.

Todo esto esta muy bien pero nada sería lo mismo sin esa dulce y tenue voz de Verónica, sus instrucciones, su técnica, te permite adoptar posturas que pensaba no poder realizar nunca. Desde que comencé esta nueva práctica me encuentro física y mentalmente mucho mejor, puedo estirarme sin sufrir dolor, salgo de clase con una paz y un sentimiento de profundo bienestar que me induce a volver cada día, por mi salud y mi tranquilidad.

Gracias Verónica por descubrirme un mundo distinto al que yo conocía.