Mi experiencia como profesora de oncoyoga en el hospital MD Anderson Cancer Center Madrid

Durante los años 2018 y 2019 he tenido la gran oportunidad de practicar y compartir mis conocimientos en la práctica de Yoga con GUERRER@S, en proceso de recuperación de cáncer en el hospital MD Anderson de Madrid.

Como experiencia personal ha sido maravilloso aprender tantas cosas de ell@s y empaparme con sus vivencias y su valor. Su mayor aportación; demostrarme la importancia de las pequeñas cosas, el valor de lo cotidiano, y la felicidad auténtica y plena de disfrutar del aquí y ahora, que Yoga nos recuerda constantemente.

Pero además de ese aprendizaje tan enriquecedor, me gustaría plasmar en este post el porqué una disciplina como Yoga puede ayudar tanto en un proceso tan intenso y complicado como es el cáncer.

Lo primero de todo a CANCER se le nombra CANCER, tal cual; sin miedo y a cara descubierta, con la firme intención de asumir la situación y superarla. Normalizar la situación y sentirnos dentro del grupo es fundamental para obtener y generar la fuerza necesaria para afrontar todo ese proceso de recuperación.

Así lo he vivido con l@s alumn@s en nuestros encuentros, con conversaciones llenas de terminologías técnicas,  consejos y decisiones compartidas entre ell@s, el uso de un lenguaje que les cohesiona y que les une… una clase formada por personas decididas a ser proactiv@s y a formar parte en esta parte de sus vidas.

Ahora, como yoga nos puede ayudar:

A nivel físico. (Cuerpo)

Al practicar ásanas de Yoga, estamos en movimiento, y el movimiento permite que nuestros huesos y nuestra musculatura no se debiliten tan rápidamente. La falta de movimiento hace que nuestro cuerpo se agarrote y se debilite.

Recuperación de elasticidad en el tejido cicatricial, gracias al estiramiento especifico y constante de un determinado músculo, aumentando el rango de movimiento.

La respiración yóguica completa ayuda en la limpieza del organismo, como un trabajo más del sistema inmunitario. Estimular el diafragma en todo su rango de movimiento permite masajear todo lo que pasa por él como es el caso del conducto torácico, el mayor ganglio linfático de cuerpo, lo que puede reducir el riesgo de reaparición de la enfermedad.

Las posturas de inversión como Viparita Karani, Sarvangasana o Adho Muka Svanasana y las series de Vinyasa como Surya Namaskar, ayudan a nuestro sistema vascular a ser más eficiente, favoreciendo el retorno venoso y fortaleciendo nuestro músculo cardiaco dentro de unos límites fisiológicos adecuados. Todo esto es un plus de ayuda en el trasporte de nuestro sistema vascular de nutrientes básicos, anticuerpos, hormonas, enzimas, linfocitos (Nuestro anticancerígeno natural) y oxígeno a cada una de nuestras células. Además la corriente sanguínea transporta productos de desecho para poder expulsarlos del cuerpo.

Yoga permite estimular los sistemas de cuerpo (Además de músculos y huesos), a través de un movimiento coherente y no violento: estiramientos, flexión, extensión, expansión, contracción, torsión, resistencia… Todo este conjunto de movimientos estimulan el buen trabajo de nuestros sistemas: Linfático, endocrino, cardiovascular, nervioso, locomotor, digestivo, respiratorio, tegumentario (la piel)… y esto ayuda al sistema inmunitario a realizar bien su función; entre la que esta detectar virus, bacterias o células en proceso de mutación y eliminarlas, junto a toxinas y residuos potencialmente dañinos.

La practica de la meditación permite sentir menos dolor, según avalan estudios del ”Max Plank institute for human Cognitive and Brain”. Con la peculiaridad de que, con los métodos clásicos de control del dolor como las drogas se frena la actividad en las áreas cerebrales asociadas al dolor, mientras que con la meditación hay un aumento de esa actividad cerebral pero una disminución de la sensación.    https://www.cbs.mpg.de/en

A nivel mental. (Mente)

Uno de los beneficios más esperados de la práctica de Yoga, es la relajación.

Como ya esta ampliamente estudiado en la ciencia moderna, el estrés crónico sobrecarga el sistema nervioso simpático, lo que nos debilita y nos hace más vulnerables a diversos ataque externos.

Estados alterados en nuestro sistema nervioso simpático desencadenan efectos como el insomnio, ansiedad, subida de la presión arterial, depresión … y estos resultados nos exponen abiertamente a bajadas importantes del sistema inmunitario. Debilitamos el ejercito que nos protege.

Activar nuestro sistema nervioso parasimpático produce de forma directa un estado de relajación y de descanso profundo, que cambia nuestra respuesta física frente a estados de estrés. Yoga nos ayuda a activar este sistema nervioso parasimpático a través de la respiración, la meditación, a través de un buen facilitador que te guie en una sesión de relajación consciente, a través de la concentración necesaria para una buena práctica de asanas…

La práctica de Yoga Nidra a través de las sesiones de retorno de la conciencia, clases de Yoga Kundalini complementadas con baños de Gong, Yoga Hatha con atención plena a tu cuerpo en cada movimiento… producen una respuesta inmediata de relajación y desprendimiento del estrés.

Quiero hacer mención a una de las expresiones más conocidas en la filosofía del Yoga:“Yoga chitta-vrtti-nirddhah” –> El Yoga permite el control de las fluctuaciones de la mente.

Fue Patanjali quien el el S.II a.C  reveló de forma escrita, en sus 196 Yoga Sutra, los grandes secretos de la práctica de Yoga.

Patanjali nos dice que para combatir esas olas mentales (generadas por situaciones intensas que nos bloquean), no debemos identificarnos con ellas, sino, observarlas como si de un espectador se tratase; de esta manera podremos enfocarnos en un objetivo (la recuperación) y tomar las mejores de las decisiones para llegar a ese objetivo.

A nivel emocional. (Espiritu)

Yoga invita a una observación profunda de nuestro YO interior; supone una búsqueda de realización personal, desde la calma y la paz.

El objetivo máximo de Yoga es la perfección del Ser, sin competir, sin destrucción, sin violencia… el camino se sigue en un estado de introspección profunda y tolerante.

Yoga aporta serenidad y paz, ayuda a eliminar aquellos pensamientos negativos que nos limitan, y nos insta a repetirnos (hasta el límite de estar completamente convencid@s) “Yo creo en mí” “Yo creo en mis habilidades” “Yo creo en mis posibilidades” “Yo creo en la fortaleza de mi Ser” “Yo creo en mi capacidad para…”

Tener FE en uno mismo, de la manera limpia y sanadora como Yoga enseña, es la creencia firme de que algo bueno nos va a ocurrir. Es una de las mayores herramientas mentales de sugestión y te permite centrar toda tu energía, tu motivación, tus decisiones y tu determinación en un único objetivo. El que tu decidas. El de la sanación, por ejemplo.

Personalmente, no creo que la práctica auténtica de Yoga sea algo milagroso, pero sí estoy convencida, y he experimentado que Yoga nos enseña herramientas muy potentes que nuestro Ser (Nosotro/as) guarda para cuando las necesitamos;  pero que la vida moderna actual y muchas influencias externas, sociales, religiosas, políticas, económicas, ensombrecen, haciéndonos dependientes y limitándonos a través de los complejos y el miedo.

“Recuerda SIEMPRE agradecer a tu cuerpo, de forma consciente, todo lo que te permite hacer a lo largo del día. Cualquier pequeño movimiento esta ahí para ayudarte y darte otra oportunidad”

 

 

GRACIAS GUERRER@S DEL GRUPO DE ONCOYOGA 2018-2019!!! del hospital MD Anderson de Madrid.

“Namaste”

Verónica Valero García

Instructora de Hatha y Ashtanga Yoga

La Casita del Yoga de Torrelodones.

 

Nota de la autora: Si estas superando un proceso de cáncer aconsejo el libro “Yoga para el cáncer” de Tari Prinster.